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1000 Obras de la Humanidad: Hilma af Klint

Writer: MagazineMagazine

Hilma af Klint


The Swan series consists of a group of 24 oil painting, painted between 1914 and 1915. The series explores the swan both realistically and more through abstract representation. The swan represents the union of opposites and the ethereal. Af Klint explored polarity in Group IX/SUW, The Swan, No. 17, contrasting color with black and white, while still remaining faithful to the blue and yellow color scheme present in her other series.

SKU: 68252
Creator: Hilma af Klint
Date: 1915
Original Medium: Oil on canvas
Location: The Hilma af Klint Foundation, Stockholm

 

Hilma af Klint, la pionera del arte abstracto que se adelantó a Kandinsky.

Cinco años antes de que Kandinsky publicara De lo espiritual en el arte, la pintora sueca Hilma af Klint ya había creado sus primeros cuadros abstractos.

En 1935, el pintor ruso Vasili Kandinsky le escribió una carta a su galerista en Nueva York en la que se proclamaba autor del primer cuadro abstracto de la historia. Haciendo referencia a una acuarela pintada en 1910, el artista afirmó: sin duda, es la primera pintura abstracta del mundo (…) se trata, en otras palabras, de un cuadro histórico.

Lo que Kandinsky no sabía era que, años antes de que él empezara a experimentar con el arte no figurativo, la pintora sueca Hilma af Klint ya se había adentrado en aquel universo inexplorado y había creado la que realmente era la primera serie de cuadros abstractos de la historia del arte.

Sin embargo, a diferencia de Kandinsky, Hilma af Klint rehuyó del ojo público y mantuvo su obra en secreto durante prácticamente toda su vida. De hecho, incluso pidió que sus cuadros no se exhibieran hasta veinte años después de su muerte, asegurando que, en aquel momento, el mundo no estaba preparado para entender su arte.

Por eso durante décadas, el nombre y la obra de la verdadera pionera del arte abstracto quedaron en la sombra, esperando pacientemente a que la humanidad avanzara hacia el futuro para él que había pintado Hilma af Klint.

Hilma af Klint nació el 26 de octubre de 1862 en Solna, un municipio al norte de Estocolmo, en Suecia. Hija de Mathilda Sonntag y del almirante Victor af Klint, la joven se crio junto con sus tres hermanos en el seno de una familia adinerada y con amplios intereses intelectuales. Desde pequeña, Hilma tuvo acceso a la gran biblioteca de sus padres y se sumergió en lecturas que despertaron su curiosidad y su sed de conocimiento.

Entre 1882 y 1887 aprendió el arte del retrato y el paisaje, llegando a ser una de las alumnas más brillantes de la Academia. Tras graduarse con honores, el centro la premió facilitándole un piso-estudio en Kungsträdgården, el barrio más artístico y bohemio de la ciudad, para que pudiera continuar con su labor creativa.

De esta manera, Hilma af Klint se trasladó junto a otros dos compañeros a su nuevo hogar en el corazón de Estocolmo y tuvo la oportunidad de entrar en contacto con grandes pintores, asistir a sus exposiciones e integrarse en los círculos artísticos y feministas de la ciudad.

Cabe destacar los tiempos históricos que Hilma af Klint vivía en estos momentos, las sufragistas europeas colocaban sus banderas por doquier reclamando el derecho de voto. Nueva Zelanda en 1718 votaban solamente las mujeres con propiedades, sin embargo, después éste derecho fue revocado. Los movimientos para mejoras a las mujeres eran protestas regulares.  El caso en particular de Emmeline Pankhurst, una figura clave en la lucha por el derecho al voto de las mujeres en el Reino Unido. Fundó la Women´s Social and Political Union (WSPU) en 1903, un grupo militante que adoptó tácticas de protesta radicales, como huelgas de hambre y manifestaciones para presionar por el sufragio femenino. Otra figura relevante en Europa fue Millicent Fawcett, quien lideró la National Union of Women´s Suffrage Societes (NUWSS) en el Reino Unido. A diferencia de Pankhurst, Fawcett adoptó un enfoque más moderado y pacífico para abogar por los derechos de las mujeres.

Hilma af Klint formó parte de una generación de mujeres europeas que pudieron estudiar en escuelas de arte, pero, pese a adquirir un éxito como pintora naturalista que le permitió vivir de sus cuadros de paisajes y retratos., el hecho de ser mujer la dejó fuera de los grupos artísticos del momento.

Aunque habían compartido las aulas, los pintores seguían considerando que la creación era una actividad que les correspondía a ellos y las mujeres debían dedicar su tiempo a otras tareas como, por ejemplo, la de formar una familia.

A raíz de esta exclusión, Hilma af Klint  dirigió sus  intereses por otros círculos y se adentró en el mundo del espiritismo, la antroposofía, y la teosofía, una serie de creencias alternativas provenientes de los Estados Unidos que se habían popularizado en Europa y que también atrajeron a otros artistas como Kandinsky, Mondrian, Malkevich.

Estos Sistemas filosóficos y espirituales buscaban la comprensión profunda de la naturaleza del universo, en la que la interconexión, la reencarnación, las jerarquías espirituales eran guías para alcanzar un desarrollo espiritual de gran introspección. La intuición es un hilo conductor de estos pensamientos. Relacionando el arte, el conocimiento científico, con la dimensión espiritual de la existencia con el cosmos. La educación holística se basa para su desarrollo complementado con la medicina natural e integral. Los Sistemas espirituales eran para Hilma af Klint  complementos con los cuales desarrollaba sus obras de una forma introspectiva y universal. Aún en sí con todas sus diferencias Hilma af Klint desenvolvía  una universalidad para con una y con  la otra  centrando la educación ,la  medicina y la agricultura para su obra

El dolor y trauma que le habían provocado la temprana muerte de su hermana Hermina, que había fallecido tras contraer una fuerte gripe a los diez años, hizo que Hilma af Klint buscara respuestas más allá de la ciencia o de lo visible. La familia af Klint estaba en los albores del gran descubrimiento del siglo por el científico Flemming en 1928 la penicilina.

En 1896, la pintora fundó, junto con otras cuatro amigas, un grupo llamado De Fem o Las Cinco, con el que empezó a practicar sesiones de meditación y espiritismo.

Se reunían todos los viernes para entrar en contacto con guías espirituales de otras dimensiones que les enviaban mensajes que ellas reflejaban a través de la pintura y la escritura automáticas.

Dice la historia, que en una de aquellas sesiones los Altos Maestros (tal y como ellas llamaban a los guías) les pidieron que mostraran al mundo lo que habían visto en aquella dimensión espiritual. Las amigas rechazaron dedicarse a esa tarea, sin embargo, Hilma af Klint aceptó el encargo e inició, de esta manera, su primera serie de cuadros abstractos, titulada Las pinturas para el templo.

A partir de ese momento, Hilma af Klint cambió radicalmente su estilo pictórico e inició una doble vida en la que, por un lado, seguía pintando paisajes y retratos para subsistir económicamente y, por otro, se entregaba a la creación de nuevas obras místicas y disruptivas, adentrándose así en el ignoto mundo del arte abstracto,

Entre 1906 y 1912, Hilma af Klint pintó 193 cuadros que completan la serie Las pinturas para el Templo. Esta serie se convirtió en el epicentro del desarrollo de su lenguaje abstracto y en la primera colección de obras abstractas de la historia.

Mientras tanto el arte abstracto todavía estaba en evolución en el mundo de los hombres. Finales del siglo XIX y principios del siglo XX presentaba una reacción ante el figurativo y realista. Desarrollando se paralelo el impresionismo, post impresionismo y el flauvismo.

Aparece Paul Cezanné y Vincent van Gogh comenzando a simplificar las formas y colores en sus obras allanando el camino para abrir las puertas a un Picasso, a un Braque dando entrada al cubismo para posteriormente ver la luz del mundo al movimiento  que abriría Kandinsky y sus seguidores. Mientras tanto, Hilma af Klint corría a todo galope con Eros, Las grandes pinturas de figuras y Los diez mayores, era una colección de diez cuadros de gran formato en los que representó las cuatro etapas de la vida.

En sus innovadoras obras, Hilma af Klint empezó a utilizar colores planos y tonos pastel, algo que no se había hecho hasta ese momento, y se dejó llevar por los Altos Maestros que decía le guiaban. Su pincel era trabajado a través del lienzo, trazando círculos, óvalos, triángulos, y espirales de manera recurrente.

A diferencia de otros pintores abstractos como Kandinsky, Mondrian o Malkévich, la principal intención de Hilma af Klint no era la de experimentar a partir de la abstracción de la forma y el color, sino la de plasmar a través de su arte el mundo invisible al que creía tener acceso a través de las sesiones espirituales.

Entre 1917 y 1919 ya terminada su gran obra, se dedicó a investigar y estudiar su propia obra, tratando de entender el universo que había pintado hasta entonces.

A raíz de su estudio, Hilma af Klint escribió un libro de casi dos mil páginas titulado Estudios de la vida espiritual, y completó decenas de cuadernos en los que analizó y teorizó sus propios cuadros. Además, la artista inició otra colección de cuadernos en las que recreó una miniatura de todas y cada una de sus obras y añadió una fotografía en blanco y negro de estas.

Los cuadros de af Klint eran de gran formato y, por lo tanto, era complicado transpórtalos. Por eso, la artista ideó un pequeño museo maleta (es decir, un maletín en el que guardaba estas libretas) que se llevó consigo en sus viajes para poder mostrar su arte.

En 1920 fallece su madre y se muda a Suiza para continuar estudiando con el Profesor Steiner fundador de la escuela teosofica. Durante esta época, la artista pintó una nueva serie dedicada a las grandes religiones del mundo y otra titulada Las flores y los árboles.

La artista había creado una obra sin precedentes, sin embargo, sentía que la sociedad no estaba preparada para apreciar su arte. En una ocasión, su amigo y maestro Rudolf Steiner le aconsejó que esperara hasta cincuenta años después de su muerte para revelar su creación al público. Ella, sin embargo, dejo escrito en su testamento que sus obras debían permanecer ocultas hasta veinte años después de que ella falleciera.

A principio de la década de 1940, Hilma se mudó a Estocolmo fue allí, donde el 21 de octubre de 1944, poco antes de cumplir los 82 años, la artista falleció tras sufrir un accidente en tranvía.

Siguiendo la petición en su testamento, dos décadas después de que Hilma af Klint muriera, su sobrino Erik af Klint, último heredero de la artista abrió los enormes baúles en los que se había guardado toda su obra y, en su interior, encontró 1.300 cuadros, 124 libretas repletas de anotaciones y 26.000 páginas escritas a máquina.

Poco después en 1986, se celebró la primera exposición dedicada a la obra de Hilma af Klint en Los Ángeles. Sin embargo, por aquel entonces, Kandinsky, Mondrian, y Malevich ya se habían consolidado como padres del arte abstracto y ella, quedó relegada a un segundo lugar.

De hecho, muchos museos rechazaron incluir sus cuadros en las colecciones de arte abstracto y la obra de af Klint, escondida durante años, tendría que esperar algunas décadas más para ser valorada y apreciada.

En 2013, casi setenta años después de la muerte de af Klint, el Museo de Arte Moderno de Estocolmo organizó la primera exposición retrospectiva de su obra. Poco después, en 2018, el museo Guggenheim de Nueva York celebró otra importante exhibición que fue alabada por los medios, cosa que hizo el público acudiera en masa a visitar los cuadros de Hilma af Klint y que la exposición fuera la más visitada de la historia del museo hasta el momento.

A partir de entonces, el mundo empezó a apreciar el arte de la pintora que, durante la primera mitad del siglo XX, pintó para los ojos del público que viviría los inicios del siglo XXI. Sin embargo, pese a ser una figura imprescindible de la historia del arte, el nombre de Hilma af Klint sigue siendo menos conocido que el de sus coetáneos, por eso, el día de hoy, se sigue reivindicando su papel como pionera de una de las corrientes artísticas más importantes del siglo XX y como mujer artista que revolucionó la pintura para siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

Nely L. Friedrich

5-marzo-2025

 



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